En un reciente seminario web de Wawiwa celebrado el 29 de octubre de 2024, exploramos la escasez de competencias tecnológicas en Europa, examinando sus causas, las funciones más demandadas y cómo la recualificación puede abordar la escasez de talento tecnológico. También analizamos cómo las tecnologías emergentes, como la IA Generativa, están reconfigurando el panorama de las competencias y quién es responsable de colmar la brecha de competencias tecnológicas.
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Los oradores

Nuno Rosado, Director General de TechOf
Nuno Rosado aporta una gran experiencia en estrategia y operaciones de TI. Con una mentalidad estratégica y un criterio sólido, ha dirigido con éxito esfuerzos para crear metas y objetivos a corto y largo plazo para iniciativas de TI. Sus especialidades incluyen impulsar la planificación operativa y estratégica de TI, fomentar la innovación y gestionar proyectos complejos, al tiempo que organiza y negocia eficazmente la asignación de recursos. Su liderazgo ha sido decisivo para guiar a las organizaciones hacia un crecimiento sostenible a través de soluciones informáticas innovadoras y eficaces.

Eran Lasser, Fundador y Director General de Wawiwa Tech
Eran es un emprendedor de la educación tecnológica con más de 20 años de experiencia. Eran fundó y dirigió cuatro empresas de formación en TI: John Bryce Training (Israel), TRIG (China), JB-IQsoft (Hungría), KocBryce (Turquía). Eran también se asoció para crear DAN.IT Education (Ucrania), Techub (Georgia), etc. Además, Eran dirigió Mentergy, que ofrece soluciones de aprendizaje electrónico y a distancia. A lo largo de los años, fue responsable de la reconversión profesional de más de 50.000 personas que ahora trabajan como profesionales de la tecnología.
Comprender la escasez de competencias tecnológicas en Europa
El seminario web comenzó abordando un reto acuciante en Europa: la escasez de competencias tecnológicas, que sigue creciendo. Según las previsiones de la Comisión Europea, en 2030 Europa necesitará 20 millones de profesionales de la tecnología para seguir el ritmo de las demandas digitales de su economía. Sin embargo, las estadísticas actuales sugieren que se espera que para entonces sólo 12 millones de personas trabajen en el sector tecnológico, lo que supone un déficit de 8 millones de talentos.
La escasez de competencias tecnológicas en Europa se debe a varios factores, empezando por el rápido ritmo de la transformación digital en todos los sectores, que ha provocado un aumento de la demanda de profesionales de la tecnología. Sin embargo, muchos jóvenes no cursan estudios STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), lo que limita la reserva de talento. Las titulaciones académicas tradicionales, que pueden tardar varios años en completarse, a menudo no se adaptan con la suficiente rapidez a las necesidades de la industria, lo que crea una brecha entre el momento en que los estudiantes entran en el campo y el momento en que se necesitan sus habilidades. En países como Portugal, esto ha planteado problemas de contratación, ya que las empresas contratan cada vez más talento internacional debido a la escasez local.
Los países europeos difieren en cuanto a requisitos de los empleos tecnológicos y enfoques de formación. Los países desarrollados suelen exigir títulos académicos para los puestos tecnológicos, aunque se está produciendo un cambio hacia la valoración de las habilidades prácticas. Los países en vías de desarrollo se están convirtiendo en centros de subcontratación de trabajos tecnológicos, haciendo hincapié en la adaptabilidad. Países como el Reino Unido y Alemania también integran el aprendizaje, combinando el aprendizaje académico con la experiencia en la industria para preparar a los estudiantes con habilidades relevantes y prácticas.
Recapacitación: La solución a la escasez de talento tecnológico
Nuno y Eran hicieron hincapié en la reconversión profesional como estrategia vital para hacer frente a la escasez de talento tecnológico. Los programas de reciclaje se dirigen a personas sin formación tecnológica, dotándolas de conocimientos tecnológicos esenciales para que puedan incorporarse a puestos tecnológicos en un plazo de seis a doce meses. Este enfoque abre las puertas a personas que quizá no se habían planteado una carrera tecnológica, permitiéndoles acceder a puestos como el desarrollo de software, el análisis de datos y la ciberseguridad sin necesidad de experiencia previa.
Esta formación rápida y práctica es especialmente valiosa en un sector tecnológico en el que se demandan constantemente nuevas competencias. Al proporcionar una vía directa hacia puestos de gran demanda, la recualificación ofrece a las personas nuevas oportunidades profesionales y contribuye a crear una mano de obra capaz de adaptarse al cambiante panorama tecnológico europeo, reduciendo en última instancia la presión sobre las empresas que luchan por encontrar candidatos cualificados.
La demanda de profesionales de la tecnología abarca una amplia gama de especialidades, y las competencias en Inteligencia Artificial (IA) encabezan actualmente la lista. Le siguen de cerca las competencias en operaciones de TI, desarrollo de software y computación en la nube, todas ellas cruciales para apoyar la transformación digital. Los analistas y científicos de datos también están muy solicitados, ya que las organizaciones priorizan la toma de decisiones basada en datos. La ciberseguridad se ha vuelto cada vez más crítica debido al aumento de las amenazas cibernéticas, impulsando la demanda de profesionales cualificados en ciberseguridad. Además, los lenguajes de programación como Python y la experiencia en aprendizaje automático están ganando popularidad, lo que refleja la creciente integración de la IA y la ciencia de datos en diversos sectores.
¿Quién debe abordar la escasez de competencias tecnológicas en Europa?
La responsabilidad de cerrar la brecha de cualificaciones tecnológicas en Europa no recae en un solo sector, sino que requiere un esfuerzo combinado de gobiernos, empresas e instituciones educativas. Los gobiernos desempeñan un papel crucial ofreciendo incentivos e invirtiendo en iniciativas de reciclaje y mejora de las cualificaciones, lo que puede hacer que la formación tecnológica sea accesible a una población más amplia. Por ejemplo, muchos gobiernos europeos subvencionan la matrícula, lo que hace que los programas tecnológicos sean más asequibles. Además, algunos gobiernos también subvencionan los salarios de los jóvenes profesionales de la tecnología, lo que hace más atractivo para las empresas contratar y formar a trabajadores con menos experiencia.
Las empresas también tienen un gran interés en abordar esta escasez, ya que afecta directamente a su capacidad para seguir siendo competitivas. La falta de profesionales tecnológicos cualificados puede frenar la innovación, reducir los ingresos y debilitar la posición de una empresa en un mercado global. Muchas empresas están invirtiendo ahora en formación interna o en asociaciones con proveedores de educación tecnológica para desarrollar internamente las capacidades que necesitan. Al adoptar un papel activo en el reciclaje y la mejora de las cualificaciones de los empleados, las empresas pueden cubrir puestos críticos, reducir los costes de contratación y cultivar una mano de obra más adaptable y preparada para afrontar los nuevos retos.
Las universidades, tradicionalmente fuente de talento, también desempeñan un papel fundamental en la formación de la futura mano de obra. A medida que crece la demanda de conocimientos prácticos y actualizados, las universidades están pasando de centrarse en títulos puramente teóricos a incorporar programas tecnológicos prácticos y herramientas como ChatGPT y Midjourney. Para seguir siendo relevantes, las universidades combinan cada vez más la formación académica tradicional con la formación tecnológica práctica, creando graduados preparados para satisfacer las necesidades inmediatas de la industria tecnológica. Esta evolución apunta a un futuro en el que la enseñanza superior colabore más estrechamente con la industria para formar graduados dotados tanto de conocimientos académicos como de habilidades prácticas y demandadas.